Te cansas de tener miedo a la opinión de los demás cuando te das cuenta que son sólo humanos
- Estefanía Llausás Corona
- 24 may 2016
- 3 Min. de lectura

¿Cuántas veces hemos escuchado hablar de este tema?
¿Qué será lo que nos frena internamente para seguir pensando tanto las cosas?
Hace un par de días me tomé un café con una persona muy sabia y especial para mí, me dejo pensando mucho esa conversación, ya que llegamos a ciertas conclusiones que me gustaría compartir con ustedes. La más especial para mí, fue la del título de este artículo, es por eso que comenzaré con ella.
1. Somos solo humanos
Muchas veces nos detenemos a hacer algo que de verdad queremos por miedo a ser juzgados por alguien más y que eso ocasione no ser aceptados. Olvidamos que quienes nos juzgan, también son humanos que tienen miedos e inseguridades, que se equivocan y muchas veces hablan sin pensar, hiriendo a personas sin realmente darse cuenta de las consecuencias. Probablemente lo que te guste, no siempre le va a gustar a todo el mundo, pero mientras respetes a los demás y no atentes contra su dignidad, puedes continuar haciendo eso que más deseas. Siéntete bien contigo interna y externamente, haz lo que te haga feliz y crea tu propia versión. Cada persona es especialmente diferente, disfruta y siéntete cómodo con tu diferencia.
2. Uno no puede dar lo que no tiene
Jamás podrás amar de verdad, sino te amas a ti mismo. El mundo la mayor parte del tiempo lo único que necesita es amor. Da lo que tengas dentro, que lo que salga de tu boca sea igual de agradable que tu canción favorita. Que tus acciones definan quién eres en verdad. Y si un día te equivocas, pide perdón y perdónate. No te detengas por orgullo, no te detengas solo porque alguien más lo hizo diferente… Tú eres tú, tú da lo que tienes dentro.
3. Haz más de eso que te gusta
Esta persona me dijo que lo peor que un día podría pasar es que nos fuéramos de esta experiencia llamada vida, sin haber aprovechado la oportunidad de hacer lo que nos apasiona o vivir experiencias inolvidables. Todos tenemos responsabilidades, existen situaciones difíciles y hay cosas que quisiéramos cambiar; sin embargo, podemos elegir ver las cosas de otra manera y construir nuestros días donde siempre haya un espacio para eso que tanto nos gusta o pasar tiempo con un ser querido. Disfruta cada momento del día, al final todo problema tiene una solución o enseñanza.
4. Vive el hoy
Nadie sabe a ciencia cierta que va a pasar en el futuro, constantemente cambiamos puesto que no pensamos ni queremos lo mismo que hace unos años. Pero, disfrutemos y abracemos el día, el momento que tenemos enfrente. ¿Por qué esperar a que algo suceda para comenzar a hacerlo? Cuando estábamos pequeños queríamos crecer, cuando crecemos queremos volver a ser niños. El punto aquí es que menospreciamos nuestro momento y al pasar el tiempo lo extrañamos. La vida puede cambiar de un instante a otro, vive tu hoy, es lo único seguro que tienes.
5. Deja de sentirte víctima
Todos los seres humanos tenemos problemas o hemos cometido errores. Deja de preocuparte por algo que hiciste en el pasado y que ya no puedes cambiar, deja de cargar con eso que te quita la paz. Si heriste los sentimientos de alguien, afronta la situación y dale la vuelta, que esta experiencia te vuelva una mejor persona. Si una persona te hirió, deja de lamentarte, perdona y deja de cargar ese sentimiento que no te deja avanzar. Cuando la vida se torne algo difícil, date cuenta que dentro de todo era lo mejor que podía pasarte. No te compares con otros, cada uno tiene su historia y la tuya es especial, porque es tuya. Aunque los seres humanos tenemos un punto de partida al nacer, podemos ir construyendo poco a poco buscando nuevos caminos. Tal vez cuando sea muy tarde y te hayas perdido de mucho, te des cuenta que ibas a superar ese dolor, así como has superado otros más.
Estas fueron algunas de las reflexiones de ese día, la vida nos pondrá aprueba muchas veces y nada perdemos con intentar reaccionar de una manera diferente que a largo plazo nos hará sentir más tranquilos y felices.
Unos existen, otros laten… Late fuerte.
Quiero que te quieras.
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