"Sufrir para merecer"
- Estefanía Llausás Corona
- 15 nov 2016
- 2 Min. de lectura

Hoy en día los seres humanos estamos acostumbrados a que todo lo que deseamos conseguir, incluya algo de sufrimiento, porque todo lo que nos rodea se ha encargado de hacernos creer que hay que sufrir para merecer.
Considero que hemos malentendido todo esto, vivimos convencidos de que la vida es dura o difícil.
¡Qué gran mentira en la que hemos vivido todo este tiempo!
Nos asustamos si las cosas nos empiezan a salir bien y nos mentalizamos a que eventualmente llegará ese golpe que estamos esperando, sin darnos cuenta, nosotros atraemos gran parte de lo que nos sucede.
La vida es vida, no somos los únicos en el mundo, estamos rodeados de humanos como nosotros, que viven, sienten, cambian y cometen errores. No todo saldrá como queramos, pero muchas cosas de las que tenemos control, sí.
A cada acción corresponde una reacción, que tus reacciones positivas te ayuden a atraer más. Si ya lo has hecho y no te dio resultado, lamento informarte que te rendiste demasiado rápido, pero la buena noticia es que puedes volver a empezar.
Que las cosas estén bien, no se trata de que todo salga como quieres, con una mente positiva se pueden cambiar vidas; sin embargo, perdiendo también se gana.
¿Qué raro, no?
Vamos a perder cosas, eso es un hecho. Algunos perderán trabajos, amistades o un amor. Otros una competencia, juego u oportunidad. Es probable que algunos enfermen y otros no generen los ingresos que deseen.
Pero… ¿No te das cuenta que todo lo que te sucede pretende que cumplas un propósito?
La vida quiere enseñarte a ser fuerte, encontrar otro trabajo, desarrollar habilidades y luchar por lo que quieres. La vida quiere que la próxima vez te esfuerces más, que no te alejes de quienes te quieren. La vida quiere que con tu experiencia sanes con palabras, así como acciones a los que te necesitan.
La próxima vez que suceda algo pregúntate:
¿Qué puedo hacer con ello?
¿Cómo puedo crecer como persona?
¿A quién puedo ayudar con esto?
La vida quiere que te vaya bien.
Hemos mal interpretado la frase “Sufrir para merecer”, porque relacionamos el sufrimiento con el dolor y ante el dolor, el sufrimiento se vuelve una elección de los seres humanos, se convierte en la manera en que elegimos para canalizar el dolor.
¿Qué es el dolor?
El dolor no es ni bueno ni malo, es solo un sentimiento.
El dolor muchas veces es esfuerzo; cuando haces una dieta, es la voluntad de no comer esa galleta o correr un kilómetro más; cuando quieres una mejor calificación, es estudiar más; cuando quieres emprender, es invertir tiempo y dinero; cuando enfermas, es vencer el miedo de ir al tratamiento; cuando pierdes a alguien especial, es no perder la fé de volver a amar y reencontrarte nuevamente; cuando te equivocas, es ser valiente para enmendar la situación y cuando te juegan sucio, es perder el orgullo para dejar ir.
El dolor no necesariamente debe de ser sufrimiento, deja que duela y suelta.
Perdemos mucho tiempo en comparar nuestra vida con la del vecino, a nosotros nos tocó una función y a ellos otra. La clave está en vencer los miedos para recibir los regalos que en ocasiones vienen disfrazados.
Mucho de lo que te sucede lo puedes cambiar.
Cuando sientas que todo sale bien, respira profundo y disfrútalo, el momento es tuyo y te has esforzado para ello.
Quiero que te quieras.
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