El rechazo
- Estefanía Llausás Corona
- 21 feb 2017
- 2 Min. de lectura

A mí mente solamente pueden acudir recuerdos dolorosos al pensar en estas dos palabras, y supongo que la mente de muchos tampoco puede salvarse de lo mismo, si nos sentamos a analizarlo detenidamente.
Lo cierto, es que todos lo hemos vivido de alguna u otra manera
Desde pequeños, es muy probable que hayamos sido rechazados en diversas ocasiones, ya sea por carecer de ciertas habilidades en una actividad determinada como el fútbol, baile o matemáticas. Quizás, hasta nuestra edad o personalidad podían ser un impedimento para relacionarnos con cierto tipo de gente.
Al crecer las cosas se fueron dificultando o facilitando, las personas son rechazadas por su personalidad, esencia o posición sociocultural. Incluso, existen personas que rechazan a otras por el miedo a no ser excluidas del medio donde se sienten protegidas.
Louise Hay, en uno de sus libros menciona que no hay nada, ni nadie en el mundo exactamente igual, ni dos gotas de lluvia son iguales, ni las hojas de los árboles. Eso es completamente cierto, un día que analizaba acerca del rechazo se me ocurrió ilustrarlo y relacionarlo con la vida…

En la imagen anterior se muestra un rectángulo, este rectángulo representa el mundo dónde vivimos. Los círculos, en este caso serían los humanos que habitan dentro del rectángulo. Algunos círculos son más grandes y otros más pequeños, mientras unos círculos tienen una estrella dentro, quizás otros tienen una línea o triangulo.
Lo mismo pasa con nosotros, todos somos humanos, sin importar lo que tengamos dentro, cada cabeza es un mundo y es por eso que contamos con doctores, artistas, deportistas o licenciados. Invito, a no rechazar a las personas solo por que tengan una figura o perspectiva de la vida distinta a la de nosotros.
Me interesa hablar del rechazo, debido a que tristemente ha acabado con muchas cosas: personalidades, amistades, relaciones amorosas o sueños.
No todos tienen que pensar como nosotros, ni mucho menos debemos intentar cambiar a las personas, cada persona tiene su misión especial en este mundo, es por eso que no me queda duda que de todos tenemos algo nuevo que aprender.
No pretendo que hagas de todos tus mejores amigos, solo te pido que cuides los sentimientos de los demás, pues tu también has rechazado o lastimado a alguien y aprender en base a la experiencia es algo muy doloroso.
Qué bonito es poder compartirle a otro lo que él no tiene, y que él me comparta eso que yo no tengo, que bonito es hacer equipo.
Estas son cosas que debemos enseñarles a los seres humanos desde que son pequeños, incluso, lo considero más importante que algunas materias escolares, pues quizás en el amor propio y respeto a otros, podemos encontrar un buen antídoto contra el bullying.
Tú eres la primera persona que permite que la rechacen, si tú rechazas lo que eres, será difícil levantarte cuando alguien más lo haga.
Toma todo lo que eres en este momento y ámalo todos los días.
Lucha por tus sueños, aunque otros te digan que no se puede, o incluso las estadísticas lo digan… Tú eres otra persona, tú no eres un número, cree en ti.
Nunca olvides que…
“Dios no te quita cosas, te libera de ellas”- Facundo Cabral
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